In the shadows...

 “No des vueltas al pasado, pues no lo puedes cambiar, que no te agobie el futuro, pues no sabes si llegará, disfruta del presente, no lo dejes escapar, porque cuando se vaya, jamás volverá.”

1-3

Es de madrugada, y las olas golpean con fuerza las rocas de la isla. Arriba, en la única construcción que existe allí, en uno de los edificios, la luz de una ventana se enciende. Una chica con el cabello castaño y despeinado por haber estado acostada abre su closet y comienza a aventar la ropa a la cama. Su nombre es Michelle, aunque ahora todos la llaman por otro.

No sleep, no sleep until I’m done with finding the answer

Won’t stop, won’t stop before I find the cure for the this cancer

Rápidamente saca una maleta de debajo de la cama y la abre con el pie.

Un monstruo, una anormal, un error. Eso dice la sociedad que es ella. Especial, con un don, le dijeron sus padres, y aquellos que son como ella. Un don que no pudo usar para salvar a sus padres. Un don que había usado para salvarse a sí misma, mientras que ellos murieron.

Las lágrimas corren por sus ojos al recodar el accidente. Cuando sintió el peligro, incluso manifestó un poder que aún no conocía y salió sin ningún rasguño.

Se acerca al espejo, y contempla su reflejo.

― Quizá si soy un monstruo.

And sometimes I feel like going down and so disconnected

But somehow I know that I am haunted to be wanted

 Respirando, sintiendo, comiendo, viendo, viviendo mientras ellos estaban muertos. Y todos querían que fuera feliz, pero no entendían. No la entendían.

 Va hacia el ropero, lo abre y comienza a aventar su ropa hacia la maleta.

They say that I must learn to kill before I can feel safe

But I, I’d rather kill myself than turn into their slave

Está cansada de que intenten hacer que ella use sus poderes. No le importaba ser menor de edad, no le importaba si la perseguían y la buscaban. Habían sido los peores 6 meses de su vida.

Cierra la maleta, y abre el buró. Toma el poco dinero que tiene allí, un celular y se los pone en la bolsa de los vaqueros que trae puestos. Se dirige hacia la ventana y ve hacia abajo complacida. 

Hay un tejado unos 2 metros debajo de la ventana.

― Fue buena idea poner atención en la clase de salto. ― Se dice, mientras va por la maleta y la arroja al tejado. Tensa sus músculos y se prepara para saltar. Por fin será libre.

Se hace para atrás como vio que lo hacían, y alguien toca la puerta. Decide simplemente ignorarlo, y seguir adelante, pero el ruido se repite, y ésta vez más fuerte. Se queda donde está esperando a quien quiera que sea se vaya. Pero puede seguir viendo su sombra bajo la puerta.

― No lo hagas cube, por favor ― dice un chico al otro lado de la puerta.

Michelle, frustrada camina a zancadas hacia la puerta.

― ¡Lárgate James! ― declara a la puerta

― Cube, ábreme por favor

Suspira, abre la puerta y lo arrastra hacia adentro para luego volverla a cerrar silenciosamente.

― Ya te dije que no me digas así, James.

― Pero es tu nombre, Michelle. Tú eres hypercube.

― ¡Yo soy Michelle, y tú eres James, no viewer!

― También soy viewer. ― dice James, acomodándose las gafas.

James Patterson es el único amigo de Michelle en ese lugar, porque es el único que insistía tanto para hablar con ella. Tiene cabello color azabache lacio y alborotado, y unos grandes ojos cafés.

― Te he dicho que dejes de ver en mi futuro, viewer ― dice Michelle, enfatizando la última palabra con burla.

― Y yo ya te dije que no puedo.

― Entonces, deja de meterte. Me iré, quieras o no.

Entonces, James toma una decisión en un segundo, una decisión que sabe que no puede salir bien, pero es algo que necesita. Toma a Michelle del rostro, y la besa desesperadamente.

Lately I’ve been walking, walking in circles, watching, waiting for something

Posa sus manos en su cabello y lo alborota aún más, frenéticamente. El cuerpo de Michelle responde a esto y se adhiere al suyo, sin pensarlo. Necesitando de la sanación, del calor humano, del amor.

Pero su mente funciona diferente, cuando sale del shock, empuja a James hacia la pared, lejos de ella.

― ¿¡Qué te sucede!?

Las lágrimas surcan sus ojos mientras lo mira perpleja. El camina hacia ella, pero ella se hace hacia atrás.

― Vete. ― dice Michelle, abriendo la puerta de su habitación, pero escucha pasos acercándose, así que decide volverla a cerrar y apaga la luz, esperando a quien quiera que sea no decida entrar allí.

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Dos hombres caminan por los pasillos del instituto Xavier apresuradamente. Uno alto, delgado, con el pelo castaño lacio y vestido con una gabardina. El otro, un poco  más bajo que su compañero, aunque también alto; fornido, con el cabello negro, vistiendo una chaqueta negra.

― ¿Qué crees que quiera a esta hora, Logan? ― pregunta el castaño.

― No lo sé Jean-Luc, quizá ― hizo una pausa ― otra emergencia nacional.

Se detuvieron frente a una puerta que se abrió automáticamente.

― Wolverine, Gambito ― dijo un hombre calvo, con los ojos de un azul penetrante sentado en una silla de ruedas. ― Estaba informándole a Storm de la misión que  quiero asignarles

La aludida, una mujer que estaba al lado de Xavier con el corto cabello blanco con algunas mechas negras y tez morena, asintió.

― Les explicaré en el camino, chicos. Debemos irnos antes de que amanezca.

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En otro lugar, Reed Richards se pasa la mano por la cara frustrado. No puede concentrarse en su trabajo. Suspira mientras mira su taza de café, ya vacía y medita entre ir a la cocina y rellenarla o estirar su brazo hasta allá. 

Se decide por la primera opción, ya que seguramente tiraría algo, y no es algo muy conveniente. Ya que el desorden en su departamento crece a niveles exponenciales. Sin Susan por allí, sentía que todo era un desastre,  y no había podido levantarse a pesar de que ya iban 6 meses desde su rompimiento.

Camina lentamente, esquivando cosas que están tiradas en el suelo, y al fin llega a su cocina. Revisa la cafetera y la encuentra vacía,  así que estira un brazo para alcanzar el café y el otro para tomar la jarra de agua, cuando suena el teléfono.

Tira la jarra de agua que tenía en la mano, y estira rápidamente su brazo y cuello para llegar al teléfono. ¿Quién más sabe que está despierto a esa hora?

Llega justo cuando suena el último timbre y contesta, pero la voz que le habla no es la que él esperaba.

― ¿Trabajando profesor Richards?

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¡Chan, chan!

Se pone interesante, ¿no?

Comentarios abajo, porfis.

Sean buenas y al menos dejen un tomate podrido, o una galleta o un punto, o algo.

Gracias por leer, esperar y soportar.

Las quiero.

¡UHHHHH! ¡REED!

¡UHHHHH! ¡JAMES!

¡UHHHHH!.....Bueno, me cayo.

XD, comentarios, ya!